Ashtanga vinyasa yoga

ASHTANGA VYNYASA YOGA

 

El avance del yoga no está en qué tan fuerte o qué tan flexible eres.
De ser así, los circos y los espectáculos circenses estarían llenos de yoguis.

“Practica y todo lo demás vendrá”, dice K. Pattabhi Jois. El Ashtanga Vinyasa Yoga es vigoroso y divertido. Calma la mente de aquellos que siempre viven corriendo y despierta el ímpetu de quienes son más tranquilos. Es un estilo que todos pueden practicar.  Para que la práctica sea gozosa, es importante incorporar algunos elementos técnicos. Y si bien, la técnica no hace al yogui, si permite ejecutar cada postura de manera segura y sin lesiones

Introducción

Eliminar las impurezas a través de la  práctica continua de los ocho pasos trae discernimiento y clara percepción. Los ocho pasos del yoga son: el respeto hacia otros, el autocontrol, las posturas, el control de la respiración, desapego de los sentidos, concentración, meditación y contemplación.

-Patanjali (Yoga Sutras, II, 28-29)

Qué es el Ashtanga Vinyasa Yoga?

El Ashtanga Vinyasa” es un acercamiento preciso y sistemático al yoga que enfatiza la fuerza física y la resistencia al ejecutar una serie de posturas de yoga predeterminadas. Estas posturas físicas son conjugadas junto a una serie de sellos energéticos, un tipo especial de respiración y un direccionamiento específico de la mirada. La combinación de todas estás técnicas resulta en una generación de calor y energía que es vigorizante y lleva hacia un acercamiento fluido y dinámico al yoga. Ashtanga, literalmente significa “ocho pasos” en sánscrito. Este estilo de yoga adopta su nombre del camino de ocho pasos expuesto por Patanjali en los Yoga Sutras.

La Práctica

 Las posturas prescriptas en el Ashtanga Vinyasa y el orden en las que son ejecutadas, están especialmente diseñadas para generar un progresivo incremento del calor, la fortaleza y la flexibilidad del cuerpo. Las posturas se van complementado unas a otras para promover un preciso equilibrio entre la elongación y el fortalecimiento físicos y son un ejercicio completo para el cuerpo, la mente y el espíritu.
 

 Las clases grupales tienen dos variantes, una es la clase de “conteo” donde el profesor guía a los alumnos a lo largo de las secuencias dinámicas indicando las posturas que todos deben realizar de acuerdo a la serie que esté siguiendo, haciendo correcciones y ajustes necesarias a cada alumno. La otra es la clase “Mysore” que adopta el estilo de enseñanza de Guruji Jois en donde cada alumno individualmente y con su propio ritmo ejecuta libremente la secuencia de posturas de la serie mientras el profesor recorre el salón realizando ajustes y correcciones.
 La clase comienza con una oración de apertura, seguida de una ronda de Saludos al Sol (Surya Namaskar). Los Saludos al Sol son ejecutados con “saltos” para pasar de posturas de pie a posturas de piso y viceversa, marcando el estilo dinámico y fluido del ashtanga vinyasa. Durante toda la clase los alumnos utilizan la respiración ujjayi, aplican los bandhas y dirigen sus miradas según el dristi correspondiente a cada postura. La clase finaliza con una serie de posturas de cierre que incluyen elongación y relajación.

Vinyasa

 En una traducción directa del sánscrito de la palabra vinyasa, vi significa “ir”, “mover”, “echar hacia delante” o “comenzar desde”, mientras que nyasa significa “colocar”, “plantar” o “postración”. 

Ujjayi

 El principio básico de la llamada respiración victoriosa, es que el aire entre y salga del organismo por la nariz, si bien el sonido de no debe provenir de los orificios nasales; si así sucede es porque en realidad la persona está olfateando. Realizar movimientos al ritmo de la respiración supone que los músculos demanden un suministro de oxígeno constante, y para conseguirlo es necesario aumentar el flujo de aire,; sin embargo, si olfateamos no haremos más que restringirlo. Por ese motivo, cada inspiración debe realizarse desde la parte posterior de la garganta, para que los músculos que rodean la glotis incremente y dosifiquen el flujo de aire.
 La fricción que realiza el aire a su paso por la glotis produce el sonido ujjayi, y este roce el que calienta el aire antes de que entre en los pulmones. El sonido ujjayi correcto es similar al que producen las olas del mar cuando bañan una playa pedregosa.  Se podría definir la técnica ujjayi como el estiramiento interno de la respiración.
Por lo general se produce un desequilibrio entre la duración de las inhalaciones y las exhalaciones, por lo cual el objetivo es conseguir la igualdad tanto de la intensidad como de la duración de cada inhalación y exhalación. El segundo estiramiento llega al sincronizar las transiciones entre la respiración y el movimiento, dado que la duración de las transiciones requiere a veces de una inhalación o una exhalación más prolongada.

Bandhas

 Bandha es una de las paradojas que encontramos en el ashtanga yoga. Bandha significa “bloqueo” o “sello”, pero el resultado de activar un bandha es dejar salir la energía oculta de la fuerza vital para luego mover y dirigir esta corriente pránica desde su origen interno a fin de que se incorpore a la red de 72.000 nadis (canales de energía) del cuerpo sutil. Aprender a controlar los bandhas cultiva e incrementa el prana, y a partir de la integración de ujjayi y bandha se consigue una alquimia interna. Y cuando esta alquimia funciona correctamente, la asana se revela desde el cuerpo interior, y el cuerpo exterior refleja aquello que se ha creado dentro.

Mula Bandha: Este bandha es la obturación base o “cimiento”. Se aplica en todo el ciclo respiratorio, pero especialmente al final de la exhalación completa al contraer levemente los músculos del esfínter anal, que desplazan toda la región genital, incluido el perineo, hacia adentro y hacia arriba. Esta acción elevadora de lo que se conoce como suelo pélvico es responsable del apoyo muscular interno de los órganos inferiores del aparato digestivo.

 Mula bandha provee la energía necesaria para conseguir una base de apoyo firme, como los pies, las manos o las nalgas; también actúa como la cerradura de seguridad que protege el cuerpo y obtura internamente el prana para el uddityana bandha. Es difícil activar el mula bandha. Al principio se trata de una acción general que consiste en apretar los esfínteres anales externos e internos, pero a partir de entonces su aplicación se vuelve más sencilla y delicada, y se convierte en una sutil elevación del perineo.

Uddiyana Bandha: Se trata del más dinámico de los bandhas, y se podría traducir como “vuelo ascendente”. Debido a que el uddiyana bandha se relaciona directamente con el funcionamiento del diafragma, desempeña un papel crucial en el desarrollo de la respiración ujjayi. Durante la exhalación, el diafragma se relaja y desplaza hacia arriba, en dirección a los pulmones, para expulsar el aire, mientras los músculos intercostales internos empujan la caja torácica hacia abajo para completar la acción. El resultado es que la pared abdominal se retrae para sostener y proteger todos los órganos internos y la parte inferior de la espalda.
 Este control abdominal aporta una plataforma, o base, para la siguiente respiración. Mientras el diafragma se flexiona hacia abajo, conduciendo la respiración ujjayi hacia los pulmones, los músculos intercostales externos elevan la caja torácica, expandiendo la región del tórax para permitir que los pulmones alcancen su máxima capacidad de absorción de aire. Esta es la acción física de uddiyana bandha, que, cuando se perfecciona, también es un sutil control que deriva en la “inmovilidad” de la zona inferior del abdomen.

Jalandhara Bandha: Se trata del tercer bandha y se activa espontáneamente de una forma sutil durante varias asanas debido al dristi (punto de observación o dirección de la mirada) o la posición de la cabeza. En la realización de Surya Namaskar A (Saludo al Sol A) es donde mejor se demuestra este bandha, ya que la babilla se aprieta contra el espacio que separa los huesos del cuello para poder mirar el dristi correcto: el ombligo. Se trata de un “bloqueo” específico del pranayama, o regulación de la respiración, el cuarto paso del ashtanga.
 Esta obturación evita que la energía pránica escape y detiene cualquier presión que se hubiera acumulado en la cabeza por contener la respiración.

Dristis

 Cada asana del sistema del Ashtanga Yoga contiene un punto de observación en el cual concentrarse. Existen nueve dristis y cada uno tiene la finalidad de conducir la mirada hacia el interior. Son los siguientes:

Nasagrai (la punta de la nariz)
Angusta ma dyai (los pulgares)
Broomadhya (el tercer ojo)
Nabi chakra (el ombligo)
Urdhva (hacia el cielo)
Hastagrai (la mano)
Padhayoragrai (los dedos los pies)
Parsva (lejos, hacia la izquierda)
Parsva (lejos, hacia la derecha)

 Al utilizar la disciplina impuesta por los dristis, la mente se centra y los alumnos aprenden a mirar “hacia adentro”.

Tristana

 La verdadera esencia de Vinyasa se experimenta cuando se alcanza el estado de Tristana, que es la unión de los tres principales centros de atención del Ashtanga Yoga: la sincronización avanzada de la respiración y el movimiento, los bandhas y los dristis. Cuando esta unión florece, una poderosa ola de fluidez y elegancia emerge de la práctica, y la química resultante despliega las energías de los cinco elementos:

Tierra: mula bandha que produce base de apoyo, estabilidad y fuerza.
Agua: la fluidez de Vinyasa que produce sudor.
Aire: la respiración ujjayi y los bandhas que aportan agilidad.
Fuego: el fuego digestivo purificador de agni.
Éter: el sutil prana que todo lo invade

Tristana se alcanza con la repetición; solo así se consigue la familiaridad necesaria para realizar las transiciones y las posturas de forma sutil, natural u elegante.

Conclusión

 El rasgo que verdaderamente distingue el Ashtanga Yoga de otras variantes practicadas en la actualidad es su sistema único de movimiento realizado en las secuencias de posturas (asanas) genera calor y ellos, a su vez, produce sudor.
 El sudor depura y purifica e inicia la liberación de toxinas retenidas dentro de las capas de grasa superficiales del cuerpo. A medida que los alumnos profundizan en esta práctica, las toxinas retenidas en las capas más profundas del tejido muscular y los órganos internos también son liberados, lo cual favorece que el cuerpo se mantenga sano, tonificado y flexible.
 El poder de la respiración es la clave de este sistema de yoga, y, en consecuencia, no podemos subestimarlo. La respiración es energizante, calmante y meditativa; y su volumen, su sonido y ritmo son muy poderosos. Permite que la mente se retraiga en sí misma y, al hacerlo, la une al cuerpo. La aplicación de la respiración, los bandas y los dristis dan origen a  los aspectos físicos y meditativos del ashtanga yoga.
 La práctica en si misma se convierte en una meditación, aunque esto se hace realidad cuando todos los aspectos de la disciplina se unen en armonía.
 Las antiguas raíces del Ashtanga Yoga son un signo de su potencia y efectividad; de hecho, ha demostrado ser uno de los métodos de preparación física y cuidado de la salud que más ha crecido en el mundo actual, especialmente entre personas de entre 20 a 50 años.

 Es fundamental no perder de vista la esencia del yoga, la esencia del ashtanga: un camino de ocho pasos. Actualmente la sociedad moderna focaliza y centra su práctica en las posturas (asanas) y no considera los aspectos primordiales que diferencian al yoga de una práctica de educación física. Será a través del transito por los ocho pasos del raja yoga que los practicantes occidentales podremos beneficiarnos como individuos y como sociedad adquiriendo los aspectos más fructíferos de la milenaria tradición hindú.

Bibliografía

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Ponce, Gustavo; Dynamic Yoga, Yogashala, Santiago, 2002
Smith, Benjamin; Ashtanga Yoga as Everyday Practice, Camberra, 2004
Schulttz, Larry; Ashtanga Yoga, Nauli Press, San Francisco, 1999
Claire, Thomas, Yoga for Men, New Page, New Jersey, 2004
Internet Blog: Del Mastro, Andres; http://andresdelmastro.blogspot.com/
Internet Sitio: http://www.abserver.es/yogadarshana/

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